jueves, 23 de septiembre de 2010

Mi respuesta es: ninguna de las anteriores

Soy una ciudadana responsable. Creo que mi voto electoral es un derecho y un deber y que por eso debe ser pensado. Y sí, sí lo he pensado, repensado y analizado con las herramientas que los medios y el tiempo me han dado.

Primero, he visto los debates con papel y lapicero en mano. He apuntado las propuestas más concretas y con mayor contenido, he hecho una lista de los posibles candidatos por los que podría votar y por los que de ninguna manera votaría. Poco a poco mi lista se redujo a tres: Gonzalo Alegría, Luis Iberico y Susana Villarán.

Segundo, he visto los programas de televisión, desde el más conservador hasta el más “progresista”. He dejado mis prejuicios que me acompañaron durante toda mi niñez y todas aquellas ideas que mis padres, ambos de izquierda y ahora decepcionados con la política, me impartieron subliminalmente.

Tercero, he leído los periódicos, donde lamentablemente sólo Lulú y la Tía Susy se apoderan de los titulares. Y finalmente, he discutido con amigos, compañeros de clase, taxistas y otros conocidos sobre su voto electoral; o sea, me he dado el gusto de escuchar otros puntos de vista y claro, también me he ganado con rumores, chismes y falacias sobre los candidatos y sus partidos.

De la lista que hice con tres candidatos posibles -Alegría, Iberico y Villarán-, he escogido una cuarta opción; desde mi punto de vista, la más responsable. Este 3 de octubre no marcaré ningún cuadradito. Y como no quiero que algún vivo lo marque por mí después de haberme ido, escribiré “ninguna de las anteriores”.

Mi voto será viciado. Después de un análisis concienzudo de las propuestas y actitudes de cada candidato municipal, en mi opinión, ninguno se perfila como un líder con temple y con propuestas concretas, factibles e innovadoras.

Mi voto viciado no es darle la espalda a la política o levantar los hombros en señal de que no me importa. Mi voto viciado es mi derecho de decirle a los políticos y a la sociedad civil que ninguno de los candidatos me convence y que no me conformo con un “mal menor”.

Soy y seguiré siendo una ciudadana responsable. Y para aquellos que piensan que el votar viciado no sirve para nada, les digo lo siguiente: yo haré, sin darle mi voto a ninguno de los candidatos, lo que está dentro de mis manos para mejorar mi ciudad.  


Emily Espinoza Lewis

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