jueves, 2 de septiembre de 2010

LA SOMBRA DE LA AUDIENCIA

La cultura esta de moda en Lima. El auge de diversos estilos artísticos ha hecho que estos mismos busquen formas alternativas de expresión. Sabemos que el arte viene del individuo, pero ¿hasta donde su psicología puede ser objetivizada? ¿Cuáles son los límites que se nos exige respetar?
“La Sombra” es una singular puesta en escena dirigida por Guillermo Castrillòn y auspiciada por La primera Convocatoria De Ayudas a la Producción y Exhibición en Lima de Artes Escénicas dirigida por el Centro Cultural de España. Lo particular de esta mezcla de teatro, performance y danza es su interpretación psicológica y la apasionada e intrínseca expresión de la misma.
Castrillòn recurre a Jung para construir, a base de arquetipos, una visión alternativa de los demonios de cada quien. Cinco actores entran en catarsis y vomitan su propia sombra traspasando las líneas de la cordura y los prejuicios. El inconsciente se expresa y se entremezcla con lo personal, lo social, lo emocional y hasta lo profesional. El arquetipo de la sombra en la concepción de Jung, es oposición de género,  la interpretación de Castrillòn se centra en las limitaciones que nos exige nuestra realidad.
Los diálogos son muy limitados y casi espontáneos, lo planificado de la propuesta es la coreográfica expresión de danza, marcada por una decidida fortaleza violenta. Los monólogos son abundantes y se alargan en medida que la culpa de cada actor crece. Se despojan completamente de sus realidades y dejan salir sus verdaderos deseos, miedos e inseguridades.
Melania Urbina se sitúa frente al publico y se alaga por sus logros, poco a poco su discurso cambia hasta insultarse y golpearse, la culpa se apodera de la actriz y hace nuestras sus experiencias, sus errores y sus mas sórdidas deformaciones.
La piel y el alma están a la vista, los deseos inconscientes mas profundos y primitivos salen a relucir junto con explícitas expresiones sexuales, todo revuelto se posiciona ante un público de clase media limeño que asombrado, se interesa.
¿Hasta que punto puede ser polémica esta puesta en escena? ¿Cuán arraigados están nuestros prejuicios y cuánto dependemos de las normas sociales aceptadas? Estamos reducidos por nuestras propias sombras, el arte es sinónimo de expresión y la expresión del inconsciente ciertamente es violenta. Sin embargo, este choque con nuestro lado onírico más profundo nos hace salir de la sala con cierta incertidumbre que nos lleva a cuestionar nuestra propia identidad. Más allá de ver escenas descarnadamente sexuales, se encienden cinco voces que se enfrentan a su verdadero yo y nos impulsan a hacerlo.
La controversial obra estuvo abierta al público durante el mes de junio, y recibió mucha acogida hasta el último día de su función, a la cual asistí, un cierre meritorio para el concepto psicológico y carnal de la propuesta.

Gabriela Chiappe

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