miércoles, 8 de septiembre de 2010

Educación y pasiones electorales.


Hace 12 años, mi mamá me mandaba a dormir a las 8 de la noche. Los viernes me daba licencia para ver televisión con ella hasta las 10 de la noche o para jugar Nintendo con mi hermano. Me quedaba con el buzo del colegio hasta las 5 de la tarde y jugaba con mis amigas a “la cocinita” con las flores del jardín trasero.
El movimiento en la capital por las noches es irregular. Bajo el oscuro cielo limeño se esconde diversión, música, alcohol, forajidos, dolor, algarabía, tensión, desconcierto, furor y despreocupación. Mientras, los nadie, recordando a Galeano, buscan entre las esquinas unas cuentas monedas para embolsillar.
La ruta para regresar a casa es larga, cerca de una hora. Con los audífonos puestos, miro por la ventana del bus la gran capital en movimiento. La misma que se refleja en los ojos de un niño de 10 años [o menos]. Con medio cuerpo fuera, el niño no hace sumas de escuela, cuenta monedas durante la luz roja. Su padre le da instrucciones, el niño baja y empieza a vocear unas cuantas avenidas.
El frío entumece los huesos y las manos se hacen largos cubos de hielo. En las calles hay demasiados carteles con rostros de un montón de personas, de las que seguro solo la mitad son conocidos.   
El sistema educativo en Lima es precario a leguas de distancia. No es que el esfuerzo por impulsar la educación sea en vano, no es suficiente. El plan de gobierno de las dos candidatas con más fuerza en Lima, además de estar cargados de pasionismos, confluyen en la necesidad de mayor inversión en el sector educación.
El Ministerio de Educación, para la región de Lima Metropolitana, maneja el mayor presupuesto educativo del país. ¿Qué sucede? Las aristas del problema se sientan en corrupción [donde el SUTEP, más que una fortaleza, representa una tara en el sistema educativo], falta de compromiso con el sector [revisar aspectos de competencia educativa] y docentes mal pagados.
La competencia es cada vez más fuerte y el referente educativo en Lima, en el Perú, no es óptimo. En el marco de una mejor educación, inclusiva y con planes curriculares coherentes, aparece la propuesta de calidad e inclusión planteada por Villarán y Flores.
La ciudad juega como escenario para nuestra construcción como ciudadanos. La apuesta por un “ciudad educadora” está presente en el proyecto educativo de las dos candidatas. Fuerza Social, aspira una ciudad que eduque, Unidad Nacional espera que la educación se refleje en los espacios públicos.

Para lograrlo, no basta con la educación escolar. Para combatir la pobreza educativa, hay que combatir los vicios y la delincuencia que nace de ellos. Lima necesita consolidarse como una ciudad modelo [y no solo moderna]. Para lograrlo, hay que mover muchas piezas del dominó.

“En especial para los sectores populares de Lima. En ese marco global se prioriza la atención a la infancia, la conclusión de la secundaria con la incorporación de la masiva educación privada al plan público; la ampliación presupuestal” La ciudad educadora, de la que habla Susana Villarán, juega un rol central en la educación de los jóvenes, de la población que llamamos “el futuro de la nación”, donde la escuela es fundamental para los cimientos educativos.

Ad portas de las elecciones municipales, Fuerza Social propone inclusión, calidad educativa, generación de espacios y pluralidad en la enseñanza. Unidad Nacional, actitud, motivación y decisión, aterrizar en normas educativas eficientes, contrarrestar el atraso educativo y motivación docente.

La apuesta por actitudes emprendedoras es el referente principal para empezar un cambio educativo. Educación para el desarrollo de nuestra ciudad, donde Lima funcione como referente educativo.
La ciudad moderna no se rige por grandes edificios ni por frívolos palacios de cristal. Solo cuando no veamos más niños trabajando en cada esquina por unos cuantos soles, podremos hablar de una Lima moderna y con planes de crecimiento claros.
Entre tanta modernidad, encontrar niños lejos de los libros habla del deficiente sistema educativo que impera en la ciudad de Lima.  El problema educativo no se mejora pegando curitas entre planes de gobierno idealizados.
Alicia Rojas

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