domingo, 5 de diciembre de 2010

Ga’hoole: ¿producción infantil o treta política?

Por Tabatha Grajeda

Una de las últimas películas para niños en nuestra cartelera es “Ga’Hoole: La leyenda de los guardianes”. El filme está basado en tres libros infantiles del mismo nombre escritos por la autora judeo-estadounidense Kathryn Lasky. La serie en total consta de 15 tomos que se convirtieron en un éxito de ventas en Estados Unidos desde su publicación en el 2003. Con esto, es posible que haya una segunda y hasta tercera parte.

La trama es sencilla: la lucha entre el bien y el mal. Sin embargo, la aproximación al tema es la que resulta particularmente interesante. Aquí los personajes son lechuzas y búhos. Soren, el héroe, es una lechuza que vive con sus padres y sus hermanos, Eglantine y Kludd, en un árbol del reino de Tyto. 
El problema comienza cuando Kludd y Soren caen del nido. Ambos son rescatados y conducidos a un lugar sombrío en el cual hay decenas jóvenes como ellos se ven obligados a trabajar por un grupo denominado como “Puros”. Una vez dentro tienen dos opciones: convertirse en soldados o permanecer como obreros. Pese a ello, Soren se niega a pasar sus días encerrado y junto a Gylfie, un pequeño también capturado, busca la manera de alcanzar la libertad y volver con su familia.
El director Zack Snyder; famoso por cintas como “300”, “Watchmen”, “Amanecer de los muertos”, entre otras producciones; debuta por primera vez en un filme de animación digital. En conjunto, la pieza ofrece buenos planos, gran calidad de imagen y emplea elementos, como el ralentí, que permiten mostrar una acción de manera extremadamente lenta como pudimos ver en otras de sus piezas.
Inicialmente encontré en la película referencias a obras como “El Señor de los Anillos”, un clásico de la aventura épica. Sin embargo, no pude dejar de asociar lo que veía con grupos terroristas. Difícilmente un niño captará ese mensaje, pero un adulto que es consciente del periodo sangriento que azuzó al mundo entero durante el siglo XX podrá asociar con facilidad los mecanismos de manipulación exhibidos en el filme, como los que emplearon extremistas nazis y comunistas para educar a generaciones de niños en sus ideales. 
Continué observando y encontré que durante todo el filme se pueden identificar lunas con la forma que figura en la bandera árabe. Es más, el grupo “malo” de la historia tiene por símbolo una luna y, como siempre, los que lideran a los “buenos” son dos seres inmaculadamente blancos. Me incomodó comprenderlo como referencia a grupos islámicos extremistas.
Entiendo que si tomamos el 11S* como inicio de una guerra, uno tiene que preparar a los suyos para tomar la posición “correcta” o “patriótica”, pero a estas alturas del partido, incluir esas imágenes en una película para niños puede generar recuerdos en su subconsciente que más adelante se traduzcan en xenofobia, no solo concientización. Me pregunto, ¿hasta qué punto es válido el empleo de estas técnicas de manipulación en niños?
Es importante alertar a la población acerca de que métodos, que incluyen el reclutamiento de niños en una causa, deben ser reprobados con el mayor de los repudios; pero ¿no es el presentar este discurso en obras o películas infantiles el caer en la misma práctica al revés? ¿Quién es quién manipula ahora: es la autora y/o es también el director el que se presta para emitir estos mensajes? ¿Cuál es el fin, generar conciencia colectiva acerca del uso de niños guerrilleros en grupos extremistas y/o fomentar una discriminación solapada contra cualquiera que pertenezca al grupo de la media luna?
De verdad, espero equivocarme con respecto a esta producción. No obstante, el empleo del cine como medio de difusión de ideas de este tipo tiene más de 100 años. En la Rusia comunista y en la Alemania Nazi se proyectaban filmes que mantenían a la población adherida al régimen. En los Estados Unidos, también se emplea el mecanismo. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, los estudios Walt Disney y Paramount Pictures presentaron cortometrajes animados que incentivaban el rechazo a personajes como Hitler, Hirohito y Mussolini empleando al pato Donald y a Popeye el marino, entre otras figuras. Parece que en esta oportunidad le tocó a Warner Bros. alzarse con la bandera americana en aras de la “libertad”.  
       






(*) 11 de Setiembre del 2001, atentado de Al Qaeda a las Torres Gemela de Nueva York, Estados Unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario