viernes, 26 de noviembre de 2010

Terquedad y egoísmo

Irlanda está en crisis. Su economía se cae a pedazos gracias a una serie de desaforadas operaciones especulativas. El resultado: Tener un déficit del 32 por ciento en su PBI, quintuplicar la economía del país en pura utopía y arrastrar a Madrid y Lisboa hacia la misma situación de Dublín. Ante esta deuda gigante, que pone al tigre celta al borde del abismo, ha salido un portavoz del ministro economía irlandés: “Irlanda está en condiciones de pagar” ha dicho.  

¿Por qué Irlanda e resiste al rescate? Dicen que no desean tener inspectores de la UE y el FMI en sus bancos, que tienen tiempo hasta que cierre al año fiscal y pueden solventar una economía a punto de explotar. Las elecciones irlandesas, a celebrarse el próximo año, influyen y mucho. El actual gobierno no quiere mostrar su lado más débil. Se niega, con soberbia, a la mano europea llena de dinero.

En Bruselas, donde están reunidos los 16 ministros de economía de la UE, presionan a los irlandeses. El precio del rescate: 100 mil millones de euros. Existe, sin embargo, otro factor disidente, que ve la ayuda con malos ojos: Alemania

¿De dónde salen los alemanes en este asunto? El país germano es el único que ha mostrado índices de crecimiento relativamente sostenidos en la alicaída región europea. Es la nación más estable y poderosa de la comunidad. Ya en la tragedia griega, Berlín había mostrado ciertas reticencias en el apoyo colectivo europeo. Ahora, casi tapándose la boca, vuelven a decirle no a los irlandeses. El pensamiento teutón es simple: “¿Por qué tengo que salvar yo, país que ha logrado regularidad económica, a naciones irresponsables y más subdesarrolladas?”

La economía del viejo mundo va a cambiar luego de este segundo match de supervivencia. Estoy seguro de que los fundadores, firmando los papeles en Masstricht, no avizoraron este negro futuro. Esta crisis ha sacado a relucir aspectos individualistas y nocivos del ser humano. La colectividad ha fallado nuevamente. Lo que nació para competir, billete a billete, con los americanos y gigantes asiáticos, ha fallado. Tal vez estemos viendo el comienzo del fin. La comunidad debería, sobre todo, ser más honesta y solidaria.

Javier Wong

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