jueves, 25 de noviembre de 2010

Colisionando teorías. Re-descubriendo nuestro universo

Cuando un curioso muchacho, durante una tormenta, fue el primer electrocutado de la historia, se dio inicio a la iluminación artificial en la sociedad. De ahí a los ipod, conocemos la trayectoria de la electricidad y de la fibra de vidrio.
Cuando se rompieron las barreras del espacio, el hombre ingresó a lo desconocido llamado universo.
Cuando hace 15 años se empezó a cavar un túnel, de 37 km de longitud, en la frontera franco-germana, hoy tenemos el proyecto científico más ambicioso de todos los tiempos con resultados positivos.
El colisionador de hadrones [LHC Large Hadron Collider] despertó gran expectativa en todos los círculos científicos y elevó la polémica entre los investigadores más conservadores. Esto resulta paradójico, porque mientras el LHC está abriendo nuevos caminos para la ciencia y tecnología, parte del grupo conservador científico divulga que este experimento destruirá al mundo.
El riesgo es una variable que siempre se manejará en proyectos como el LHC. Pero, no se alarme, que hay bases científicas que prueban que el riesgo más grande que corremos es la ignorancia y el detrimento de la investigación.
Las especulaciones y divagaciones en torno al Big Bang, a aquella gran explosión que dio origen al universo, a nuestro planeta, podrán ser discernidas y explicadas a partir de la colisión de hadrones.
Los choques protón-protón permitirán explorar áreas inéditas y responder preguntas fundamentales de la física, como las que giran en torno a la materia oscura.
Colisionar partículas subatómicas [Hadrón] no responde a una banal idea de saber el origen de todo. Aunque, tan trivial no resulta. Si está interesado en saber de dónde venimos y a dónde vamos como planeta, el colisionador de hadrones ofrecerá respuestas a muchas de estas interrogantes.
El LHC involucra otros avances científicos, por ejemplo en el campo de la medicina y el empleo de tecnología en el tratamiento del cáncer. “Las consecuencias en la vida diaria están relacionadas con los avances científicos y nuestra comprensión del Universo”, afirma Gerardo Herrera. Investigador mexicano del CINVESTAV involucrado en el colisionador de hadrones.
Si somos capaces de comprender el origen de los elementos, podremos encontrar la relación del 96% de la materia con la energía oscura. Así, entender el funcionamiento del cosmos, del universo y de nuestro planeta.
Toda la materia está en conexión y responde a una cadena que genera energía. La creación del universo va más allá de la existencia de un ser poderoso y creador que dio vida hasta la materia más infinita.
El colisionador de hadrones está abriendo una nueva puerta a lo que, aún hoy, es un mundo desconocido. Permitiendo la participación de México y América latina en proyectos científicos de tal envergadura. Sin duda, este es un gran paso para los científicos latinos.
Hace unos años, la participación de Latinoamérica en un proyecto tan importante como el LHC, sería una posibilidad impensable. Hoy, esta idea se difumina con la participación de calificados científicos latinoamericanos en la generación de conocimientos paradigmáticos.
Este indicio no solo merece nuestra atención y “orgullo disfrazado”, sino mayor preocupación en el impulso de proyectos científicos independientes en Latinoamérica. Mayor inversión e impulso académico.
Estamos en camino de redescubrir nuestro universo y atar cabos sueltos sobre nuestro origen, un tema que el ser humano siempre ha tratado de responder. Una nueva idea, un proyecto que apuesta por la investigación y para lo que, aún hoy, el universo y nuestro mundo mantienen en completo misterio. Con la captura de la antimateria, sucedida el miércoles 17, esto es posible de revertir, apostando por la investigación y generación de nuevas ideas.

Alicia Rojas

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